martes, 13 de octubre de 2009

Nueva fantasia siendo ella - relato

Notaba las rejillas de mis panties jugar con mi clítoris. Cada paso que daba me procuraba una sensación placentera. Esta petición tuya de venir a nuestra cena sin braguita me había puesto bastante. ¿Que iba a pasar esta noche? Creo que tu mismo no tenía muy claro si querías que te masturbe por debajo de la mesa con mis pies ó al contrario explorar mi parte intima con tus dedos de pies desnudos…seguro que vienes sin calcetines.
Viendo como me miraba la gente en la calle supongo que la imagen que reflejaba sería mas bien la de una calienta pollas. La verdad es que esta minifalda que me compre en Mango es muy corta. Añadimos las botas negras de tacón de aguja y la camiseta de punto de cruz de donde casi se escapan mis pezones por los agujeros… y si bien soy muy guapa y correcta, también podría ser el ejemplo perfecto de acompañante para señores muy ricos.
Desde que me contactaste para compartir conmigo tu fantasía de medias y zapatos no hago mas que pensar en ti. A cada pasajero del avión algo atractivo que veo me pregunto “y si fuera él”. Tu me conocerás rápidamente. La foto de espalda que te mande no deja dudas cuando a mi melena rubia. Pero no sé como eres tu. ¡nervios!
Deje mi novio hace ya tres meses y no he vuelto a quedar con nadie desde entonces. Estoy cansada de las bromas pesadas de los hombres que piensan ser graciosos cuando te llaman para pedir cualquier mariconada tratando de ligar contigo. Tu siempre fuiste respetuoso. Demasiado quizás, o será timidez. Te voy a pedir de soltarte un poco en tus mails y no cortarte. Solo son fantasías y me gustaría que te atrevieras en contarme todas las cosas vergonzosas que hicieras conmigo.
Ya sabes que tengo fantasías lesbianas, de dominada, pero también tengo de dominante, sado, maso, de hetero, con varios chicos… no tengo limite.
Hay un hombre a la puerta del restaurante. Atractivo aunque normalito, de estas personas que no llaman la atención pero desprenden algo agradable. Noto que camino mas despacio. De repente me siento insegura, no tenía que haberme pintado más?, hice bien en recogerme el pelo y hacerme una coleta?, como va a pasar todo???
No me gusta pintarme mucho. Lo preciso para resaltar mis ojos y hacer brillar mis labios. Las uñas limpias con barniz incoloro porque de color me da la impresión de ser mucho mas mayor. Pocas joyas, pendientes desenfadados, cadena y un anillo bonito que mi padre me regalo para mis 20 años. Ah sí, de vez en cuanto según mi humor una cadenita en el tobillo izquierdo y un tatuaje de 3 cm. (una rosa) a la base de la espalda.
“Hola Señorita”… metida en mis pensamientos no me di cuenta que había llegado a tu altura. Tu voz me sonó dulce y jovial. La sonrisa franca y te correspondí con buena gana. Besitos, pasamos dentro y nos sentamos en medio de la sala. Manteles largos, sabias lo que hacías cuando elegiste el lugar. Por una parte me siento relajada pero de otro lado como una chica que sabe que fue invitada para ser follada. Extraños sentimientos que decido comentarte. Me escuchas con atención y me aseguras que tu eres el mas cortado de los dos y no te imaginas metiéndome mano ahora que me tienes delante. Estas palabras distienden el ambiente y empezamos a charlar como amigos de toda la vida pidiendo la cena. Cuando te sugiero pedir un par de ostras cada uno ya que dicen que son afrodisíacas te enrojeces y nos reímos mucho. Fue cuando pensé que a lo mejor no terminaría la cena sin ponerte mas colorado todavía. También pensé en como quitarme las botas de manera discreta. Vaya detalle me olvide yo. Hubiera sido mas conveniente venir con zapatos normales.
Con todo ello no me fije si como pensaba habías venido sin calcetines. Aunque creo que si no tomo iniciativa nos iremos cada uno por nuestro lado contentos pero sin que haya pasado nada. Así que empiezo a buscar el método para “desaparecer” mis botas de forma natural.
Cuando me preguntas si algo me preocupa te explico que no encuentro como descalzarme, que estas malditas botas me hacen daño a los pies por nuevas y que dan mucho calor. Vaya hipocresía pero haces amen de creerme y me agacho con toda la naturalidad del mundo por debajo de la mesa a bajarme las cremalleras de estos preciosos zapatos.
Creo que nadie se percanzo del asunto y si fijándose bien verían las botas en el suelo debajo de la mesa, no creo que llame la atención. Al decirte que tenia los pies desnudos en cerrados en mis medias de rejilla empezaste a liarte y a decirme algo sin pies ni cabeza. No pensaba hacerte tanto efecto solo con eso. A lo mejor te fijaste en el pezón derecho que asomo de repente entre la lana cuando se puso erecto.
No se si te diste cuenta que te mandaste el vaso entero de vino de un trago cuando te pedí con toda la seriedad posible de abrirte la bragueta. De repente cambiaste de color y temblando te vi llevar tu mano por debajo de la cintura. Fue un momento emocionante. Tardaste tanto en hacer este acto tan natural. Todavía tenias la mano en el ultimo botón cuando te “ordene” acariciar mi pie que había aterrizado en el borde de tu silla.
Haciendo ejercicio de equilibrio encontré una posición cómoda para poder tener los dos pies en tu silla y dar la talla cara a la galería. Ya sentía tu polla inflada debajo de mis dedos. No sabias si hablar, callar, comer… mientras mis pies iban y venían alrededor de tu sexo te contaba lo bueno que era sentirte calentito a mi merced. Tus ojos se iban cerrando poco a poco y mi voz se hacia cada vez mas baja y dulce. De repente sentí algo tibia derramándose en mi pie izquierdo. Cuando tu leche salio se te escapo un gemido suave y de repente fue como si todo tu cuerpo se desinflaba. Yo seguía sacándote las ultimas gotas y repartiendo este liquido viscoso en todos mis dedos. Estaba a cien y metí una mano por debajo del mantel. Empecé a masturbarme metiendo un dedo en mi cueva húmeda, sacándolo, dándote la mano para que pudieras oler este perfume mío. Me besaste la mano aprovechando para chuparme el dedo y volví a mi ocupación, tu mirándome a los ojos y yo llegando al clímax demasiado rápidamente. Me estaba mordiendo el labio inferior en una mueca de felicidad que te tuvo que parecer excitante ya que me comentaste después que te había gustado mucho esta expresión de gusto que tenía.
Al final de la cena quedamos en seguir escribiéndonos emails y quedar alguna que otro noche para seguir practicando fantasías sin compromiso ni obligación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario