viernes, 2 de octubre de 2009

BDSM - Relato fantasia.


Hoy voy a tratar de relatar una fantasia que nunca puse sobre papel. Nos adentramos en el ambiente SM, un mundo que conozco poco pero que me fascina.

Fue en una reunión con una amiga que me propusieron acudir a un local nocturno donde gays, lesbianas, travestis y toda clase de personas se reunian con buen rollo para pasar noches locas montando numeritos sado-maso.

Llegue a la hora convenida el día señalado. Aparque mi coche a unos 100 metros del club y mientras cruzaba la calle recordaba las recomendaciones. Vente vestida comoda, dale tu nombre en la entrada, y ya dentro te vestiremos muy sexy. Hacia frio e iba con una falda larga marrón, unas botas, un top de lana y una chaqueta.

El portero me abrio la puerta casi sin mirarme al oir mi nombre y nada mas pasar la puerta me recibio una chica joven vestida de cuero preguntandome si me podía ayudar. Le dí mi nombre y me dijo de seguirla. Me levo por una puerta lateral sin dejarme ver el interior del local y me encontre a mi amiga pintando los ojos de otra chica en un cambiador amplio.

Fue verme, pedirle a otra niña de terminar su labor y llevarme de la mano al otro extremo de la habitación. Su orden fue muy claro: "Desnudate!". Mientras me quitaba la ropa me puso en una silla una tanga negra, unas sandalias de tacones negras y un tapa-ojos negro. Me dijo que era todo lo que necesitaba ponerme esta noche.

Una vez lista me dijo que no hacia falta taparme los ojos ahora mismo y me llevo d la mano hacia otra puerta del cuarto. De repente entramos en el local. Las luces, el sonido, el humo me desorientaron. Veia mucha gente abrirnos paso pero no me daba cuenta de lo que me rodeaba. Solo iba como un automata al lado de mi amiga hacia un pequeño escenario en el centro de la sala. Desnuda, mi hilo dental entre las nalgas, mis tacones de 11 cm, me sentia al tiempo vulnerable y orgullosa de ser ofrecida así a la vista de todos. No recuerdo como iba vestida la gente. Me parecio ver mucho negro, tetas al aire, hombres en trajes.... y cuando por fin me subo mi amiga al escenario, me tapo los ojos. Me susurro de no temer nada, que me iban a atar las manos en alto y que me relajará.

Me sentia colgada del techo. Las manos estiradas hacia arriba y los pies tocando a penas el suelo. Me preguntaba lo que me iba a pasar cuando una voz femenina me dijo que no me asustará, que me iba a poner unas pinzas en los pezones.

El dolor era soportable y empezaba a exitarme sabiendo que era el centro de las miradas de tanta gente. Mi sexo empezaba a querer escaparse de la tanga cuando de repente note mas presencia en la pequeña plataforma. Oi como guiaban a otra persona en las escaleras. Deduje que iba con los ojos bendados como yo. Luego sentí su presencia muy cerca a la mia y adivine que le estaban atando las manos en alto también. La trataban de esclava así que supuse que era otra chica. Cuando tensarón las ataduras note como su cuerpo se pegaba al mio. Estabamos atadas las dos iguales, frente a frente, y nuestros cuerpos se rozaban enteros. Note un bulto tocando el mio y supe que era otra chica como yo.

Se paro la música y una voz dijo en el micro que los asistentes iban a presenciar el castigo a una esclava rebelde y el primer castigo a una futura esclava. No era previsto que yo fuera el centro de atención ni que me iban a utilizar como esclava pero la situación me puso muy nerviosa y exitada.

Mi compañera de castigo empezo a moverse de manera extraña y cuando oi un tio preguntarla si le gustaba ser latigada entendi el porque de sus movimientos. A mas fuerte los golpes, mas se tambaleaba contra mi, sus pinzas chocando contra las mias aumentando el dolor en nuestras tetas y nuestros sexos rozandose mas fuerte en cada momento.

De repente me preguntaron si estaba lista para experimentar el latigo. Lejos de estar segura dije que si. Y empezaron a llover los golpes en mis nalgas. Al principio suaves, luego mas fuertes y mas, y mas... Pareciamos dos culebras luchando una contra la otra. Mas de una vez me parecio estar suspendida y tocar el suelo con la punta de la suela de las sandalias. Empezaba a notar el dolor fuerte desde la espalda hasta la parte posterior de los muslos.

Cuando ya estabamos sudando a no poder mas se pararon los golpes. Fue una dosis justa para no pasarlo demasiado mal. Y entonces nos dijo una voz que teniamos a dos etalones con el pantalon bajado deseosos de hacernos suyas. El grito de sorpresa y dolor de mi vis-a-vis me indico que la acababan de penetrar. Se apoyo de todas sus fuerzas contra mi y cuando entro el sexo del tio que estaba detras de mi en mi culo me aplaste yo contra ella.

Los primeros movimientos consumidos la cosa se hizo mas tranquila. Las idas y vueltas de estos machos en nuestros culos nos hacia rozarnos mas fuerte, nuestros sexos se habian escapado ya de nuestras tangas y bailaban uno contra el otro y por inercia o deseo empezamos a besarnos ella y yo. Comernos la boca sería mas apropriado. Entre jaleos, golpes, dolores de las pinzas empezamos a encajarnos de manera a que nuestros sexos se masturbaran mutuamente. Debiamos de estar en la puntilla de los pies ambas, al borde del desmayo, del orgasmo y no me di cuenta cuando eyacule ni cuando me llenaron el culo de semen.

Mi amiga me conto que cuando me desataron estaba agotada y que un chico me llevo en brazos en el cambiador. Me dolia todo pero notaba una felicidad pocas veces alcanzada en mi vida sexual. Despues de tomar mucha agua no vi la necesidad de volver al local y me cambie para irme a dormir a casa. Nunca supe quien fue mi compañera de escenario pero me la imagine durante muchas noches despues de este primer encuentro con el BDSM.

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