viernes, 27 de noviembre de 2009

Relato


Y si fuese verdad (1)

Lo que mas temia ocurrio. Me quede mas tarde en la ofi y cuando todos se marcharón me puse mis vaqueros apretados, mis botas, top azul, sin sujetador y termine un trabajo en plan secretaria sexy. Lo imprevisto era que Pedro, mi jefe, vuelva a buscar unos papeles que se habia dejado.

Entro de golpe y estaba tan ocupada con mis papeles que no oí las llaves en la cerradura. Me quede de piedra al verle y su reacción fue inmediata. “Contra, tenemos una nueva secretaria. Como te llamas guapa?” Roja como un tomate le contesté que Miriam y que me iba a marchar”. Insistio para que entrará en su despacho y me dijo que con efecto inmediato despedía al chico que conocio hasta hoy y que a partir de ahora vendría a trabajar Miriam.

Le pedí un día libre antes de empezar para poder pensar en la propuesta con calma y en caso de aceptar ir mañana a la peluquería y al salón de belleza para hacerme guapa. Asintio y le pedí aompañarme hasta el coche porque no me sentía segura así vestida de noche en la calle. Se porto como un perfecto gentleman, me abrio lapuerta del coche y se despidio con un amable “espero que aceptes la propuesta”.

No hace falta decir que me dormí a las tantas de la madrugada. Pensaba en este giro que iba a dar mi vida desde mañana. Iba a ser Miriam a tiempo fijo.

Me levante temprano a pesar del sueño y me fui a la pelu para que me hicieran un corte de pelo acorde con mis nuevos rasgos. La peluquera era amiga mia, de las muy pocas personas que me conocían a fondo, y se alegro cuando le dije que iba a tener una nueva cliente. Me dijo que mas que ir a un salón de belleza me iba a dar un curso acelerado de maquillaje durante todo el día, que tendría que pasar cada semana a depilarme, hacerme una limpieza de piel, pedicura y manicura. Me saco la cuenta y la verdad es que Miriam iba a tener unos gastos imprevistos.

El día se desarrollo tranquilamente. Susana me tranquilizo, me recordo que era una experiencia apasionante que me esperaba y que iba a poder por fin experimentar lo que es ser una mujer de verdad.

Me corto el pelo, me limpio la piel, nos comimos un bocata en la pelu, me depilo, me hizo manicura y pedicura, me pinto las uñas, y eran ya las 5 cuando me enseño a maquillarme para resaltar mis rasgos femeninos y ser guapa.

Había traido una bolsa con mi ropa de anoche y cuando ví el resultado me quede impresionado. Era Miriam, una Miriam atractiva, femenina. Me dijo de ir a cambiarme para volver a casa y que desde este momento podía encerrar toda mi ropa masculina en un armario y disfrutar de las bonitas prendas que sabía que tenía en casa.

Si al principio temía la reacción de la gente en la calle, me dí cuenta en seguida de que pasaba desapercibida en la multitud. Llegué a casa y pensé en la ropa que iba a ponerme el día siguiente para ir a trabajar. Después de sacar todo del armario me quedé con unos tacones de salón marrones, una falda ¾ del mismo color, lencería y medias color carne, una blusa beige con un panuelo marrón alrededor del cuello. Separé mis pendientes de anilla, una pulsera en los tonos de la falda, y me acosté sin dejar de tomar antes un vaso de leche.

A pesar de haber puesto el despertador 45 minutos antes de la hora normal me desperté sin su ayuda, nerviosa. Directo al baño, ducha, crema, y rehacer el maquillaje que me quite anoche antes de ir a dormir.
Los consejos de Susana eran sencillos y en media hora estaba lista. Desayune poco porque me dolía un poco la tripa. Me vestí y el reflejo del espejo me gusto mucho. Si no fuera por notar un poco la cinta americana que apresaba mi sexo hacía atrás, una mujer de verdad!

De repente me sentí feliz en el coche, camino a la oficina. Había desaparecido cualquier temor y entré como si nada en mi despacho. Todos me miraron para saber como era la chica nueva y si bien creo haber visto alguna mueca de incredulidad, todos siguieron en seguida con su labor.

Pedro me llamo en su despacho, me felicito por ser tan guapa y me entrego un sobre con una Visa de empresa. Me dijo que tenía que ir al centro comercial durante el cierre de mediodía y me tenía que comprar 3 conjuntos muy sexy. Y mientras salía de su despacho me dio un leve cachete en el culo.

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