sábado, 26 de septiembre de 2009

Escrito del 26 de junio de 2009 - Relato real.

Esta tarde estaba sola en la ofi. El local da a la calle y tiene una puerta plegable gran abierta. Antes de salir de casa me puse un tanga negra de mi mujer (sabe que me visto pero nunca me vio, tengo la ropa en una maleta grande en un garaje), el vaquero mas apretado que tengo, aun así poco femenino), y una camiseta sencilla.
Después de abrir las puertas y encender todo me fui a la trastienda a ponerme mis tacones altos (escondidos en una caja). Desde las 4 a las 6 estuve dando vueltas desde la calle hasta el fondo del local sin parar. Unos metros fuera, la calle siendo poca frecuentada a esas horas. La idea de encontrarme cara a cara con alguien me ponia nerviosa. El riesgo siendo lo que es, son ahora las 7 y me quite los tacones. Bonitas marcas en los pies... me siento feliz. También me acabo de quitar las dos pinzas pequeñas que tenía en los pezones. El dulce dolor me hacia recordar en cada momento que era ella.

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