lunes, 20 de septiembre de 2010

Temporadas

Otra temporada de necesidad femenina. En la ofi con los tacones, la tanga, el hilo del tampax saliendo de mi agujero. Echo de menos los viajes de mi mujer, estar sola unos días. Necesito depilarme, gastarme tres tubos de Veet, ponerme leche hidratante con olor a ellas, pintarme las uñas. Ponerme un vestido sexy tranquilamente en casa, pintarme y salir a dar una vuelta a la calle. Volver y tener toda la noche para atarme y disfrutar del deseo, retrasando la corrida el mayor tiempo posible. Tanto que me corro solo con el roce de mi pene contra otras partes de mi cuerpo.

Mi postura preferida es de rodilla, sentada en mis talones, el sexo entre los tobillos, y un movimiento leve hacia arriba y abajo hasta eyacular. Y las dos o tres veces que me corrí solo de gozo, sin ni siquiera rozarme, solo gracias al dolor que me daban mis artilugios, y la ayuda de la mente fueron momentos por desgracia efímeros pero de plenitud total.

Como cada vez que tengo mi crisis me entran ganas de meterme hormonas para que desaparezcan estos gemelos que se notan tanto cuando tengo mis tacones, que esta grasita de la barriga se mueva hacia las caderas, que estas tetitas crezcan…

Luego sé que volveré a tranquilizarme, a aceptar mi condición y todo lo relacionado con ella, pero las crisis son duras. Me doy cuenta que en estos momentos podría emborracharles de hojas y hojas llenas de mis fantasías, deseos. Tuve que obligarme a dejar de escribir ya que dudo que cualquiera llegase a la mitad de lo ya escrito.

Pero lo dicho al principio de este blog, que cumple ya un año, es mas bien un diario, un recuerdo, una manera de compartir la mente de Miriam.

No hay comentarios:

Publicar un comentario