lunes, 11 de enero de 2010

Reflexión

Recuerdo las primeras veces que estuve por las tardes en la ofi con tanga, tampon y tacones. Sentía una emoción exhaltante y disfrutaba de cada segundo siendo ella.

Y ahora, hora del cierre de la oficina, pensaba que una se acostumbra a todo. La emoción es diferente, casí ausente. Estar cuatro horas así vestida me parece normal, poco. Hago mis tareas sin a penas darme cuenta de mi atuento.

Eso no significa, ni mucho menos, que no lo disfruto. Es diferente. Es una reflexión que me hice hace unos minutos cuando fuí al baño a quitarme mi tampon antes de cerrar e ir a casa con mi familia. Cambio de zapatos, y se acabo la tarde, se acabo este momento, aunque menos emocionante no menos agradable. Y rutina, ir a la habitación a cambiar la tanga por un boxer sin que entre en este momento un niño o mi mujer... y hasta mañana por la tarde.

1 comentario: