miércoles, 20 de enero de 2010

Dormido!

Pues anoche cuando llegue a casa, y a pesar de no estar muy salido últimamente, eche de menos mi vestimenta. Recordé con gusto estas horas pasadas en la ofi notando la tanga entre mis nalgas, el tampón dentro de mí, mis dedos de pies al aire, y me entro de esos escalofríos de gusto que me encantan.
Luego esta mañana me desperté muy pronto y estuve dormitando dos horas con una erección increíble. Había conocido a una filipina joven y guapa, de las que cada una de nosotras envidia más de una vez en su vida de “chica”. Cara dulce, ojos alegres y amorosos, cuerpo delgadito bien dibujado con unos pechos preciosos, y una polla mediana apetecible.
Vivía en un apartamento donde recibía a sus clientes. Se dedicaba a la prostitución al igual que muchas chicas de su género. Nos hicimos amigas y pasaba largas horas en su casa charlando, probando su ropa, pintándonos, y como no coqueteando.
Llegamos a salir juntos, siendo yo su chico, y terminando nuestras cenas en su cama amando nuestros cuerpos y dándonos placer. Y mi rol cambiaba según sus deseos. Nada mas llegar a su casa me besaba locamente y era su chico. Si me decía nada mas verme que porque no me cambiaba es que necesitaba a una amiga o una amante lesbiana.
Y llego un día en el que estaba en el apartamento cuando llego un cliente. Me encerró en la segunda habitación y pude seguir todos sus actos con el oído pegado a la puerta. Cuando se marcho me dijo que le gustaría que estuviera allí cada vez que tenía a un visitante, que le había puesto mucho saberme al lado mientras la follaban.
Desde entonces trate de ir cada vez que tenia a alguien, me vestía guapa y sexy y abría despacito mi puerta para poder entrever lo que pasaba en la habitación de en frente. Mas de una vez me corrí viendo como la usaban de muñecas sexual.
A un cliente repetidor le dijo de vestirse y salir solo que le dolía la cabeza y no quería levantarse. A penas había cerrado la puerta, me llamo ella y me pidió de lamerle el semen que había dejado su cliente en sus pechos. Luego me dedique a chapársela hasta mezclar su semen con el otro mientras ella me masturbaba.
Y de travesuras en travesuras llego el momento de taparle los ojos a algunos de sus clientes, avisarles que una amiga iba a juntarse a ellos por el mismo precio, y hacerme pasar y bien chapársela a su cliente, dejarme chupar mientras ella lo enculaba, hacerme encular mientras el se la chupaba, y todas las variantes posibles en un trío con tres pollas.

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